domingo, mayo 17, 2009

Risas ayer, lágrimas hoy





Ayer reías feliz,
horas pasaste esperandóle,
cuando al fin llegó, Luna,
el cielo se iluminó.
Vuestras risas se juntaban,
se entrelazaban
como del jazmín las ramas,
como se mezcla la lluvia
con las gotas de la mar.
Lluvia de Perseidas
esperabas contemplar,
pero ahora bajas tu rostro
y lágrimas de sal te lo queman.
El eco de las risas duele,
sin compasión se te clava,
como se clavan sus palabras
acusándote de lo imposible.
Llora, Luna, llora,
es lo único que tienes,
sólo tus lágrimas
jamás te abandonan.
Las risas, bien preciado
por lo escaso,
no llegan solas, no,
pero las lágrimas
no necesitan compañía
para fluir a raudales,
para inundar de congoja tu corazón
y marchitar tus rosales.



Teresa Coscojuela

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