domingo, diciembre 25, 2011

Y la arena y el agua no son nada...


Finalmente caen las máscaras.
Por mucho amor entregado,
los golpes recibidos dejan huella.
Año tras año,
día a día,
momento a momento, 
y lágrima constante.
Adiós mi Caballero,
adiós mi pequeño guerrero
de espada de madera,
caballo de cartón y sumergido en su sueño.
Nunca serás adulto,
mi pequeño Caballero,
infantil en tus canas,
muriendo por ser siempre un Peter Pan.

Teresa Coscojuela

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