miércoles, julio 28, 2010

Una triste sonrisa

De la muerte regresé,
por todas partes te busqué
y sólo jirones de niebla encontré.

Faz entrevista en sueños,
entre el amor y la resignación,
del aciago fado ensoñados,
aceptando la maldición.

Eones de lágrimas que mis sábanas
han absorbido noche tras noche
mientras las estrellas titilaban,
allá en lo alto, con abnegación.

Noche, siempre compañera
que ocultas mi llanto a ojos indiscretos.
¡Luna!, tierna confidente
de aventuras sin fin,
amiga, ya en el mar, ya en lo alto,
junto a mí cabalgando.

Dos años entre la muerte y el dolor,
subiendo y bajando.
Sufrimiento inenarrable
y despreciado por mi amor.

Al fin tu caballo he visto galopar,
pero tú no lo cabalgas.
¿Qué te pasó, amor?
Triste es mi sonrisa,
pues no noto alegría en tu cantar.


Teresa Coscojuela

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