mi propiedad, a fuego grabé,
con besos ardientes tracé mi nombre,
y a la Luna de Plata llamé.
La vi colgada del manto estrellado.
Díme, Luna, ¿cuando volverá él?
Traémelo pronto a mi lado,
que lo quiero piel con piel.
Noches de insomnio soñando...
Sábanas estrujadas con dolor...
De nube en nube flotando...
Porque aún siento aquí tu olor...
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Teresa Coscojuela
Sin duda este poema solo prodría escribirlo una mujer
ResponderEliminarSé quien es el Anónimo. Y quien el (falso) "amigo".
ResponderEliminarEsta poesía fue inspirada en alguien, pero desde la virtualidad.
Lo doloroso es que se cumplió realmente en otra persona que anda escondida debajo de la cama.