Bravas bestias de hermosas crines al viento.
De finas patas en fuertes cascos acabadas.
De valentía que a veces supera al dueño,
allá perdido en quimeras soñadas.
Buena cuadra tienes, mi Caballero,
con ejemplares donde escoger,
y sin necesidad de floreo,
a cualquier rey poder sorprender.
Pero... ¿dónde está la joya de tu caballeriza?
¿Dónde tu bravo corcel de guerra?
Mira, Caballero,
que no es misión de nodriza
cuidar de un guerrero.
¡Suelta ya a tu corcel de guerra!
No permitas que en tus cuadras,
como mula, marchite su bravura.
Otórgale la libertad que a ti te falta
para que una vez más,
su bello cuello pose en mi halda.Teresa Coscojuela